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Ley de quiebras y suspensión de pagos: ¿cómo se aplica?

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Una complicada situación económica puede llevar a una empresa a un escenario donde simple y sencillamente ya no pueda pagar sus compromisos y no tenga otra alternativa que cerrar. El sentido común nos dice que si ya no existen condiciones para continuar con la operación del negocio, se baja la cortina y listo. Pero no es así. Se deben de cumplir varios requisitos e incluso seguir con un proceso legal que puede llevar a declararse en quiebra.

Anteriormente, las empresas con severos problemas financieros tenían que apegarse a la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, la cual fue reemplazada en 2000 por la Ley de Concursos Mercantiles, instrumento que da varias garantías al empresario para enfrentar sus deudas y terminar, en los mejores términos, la vida de su empresa.

¿Cómo aplica la Ley de Concursos Mercantiles?

De acuerdo con el objetivo central de esta legislación, se busca “conservar las empresas y evitar que el incumplimiento generalizado de las obligaciones de pago ponga en riesgo la viabilidad de las mismas y de las demás con las que mantenga una relación de negocios”. Así, en términos simples, se busca que el empresario en problemas logre un acuerdo con acreedores, a fin de que, en medida de sus posibilidades, pueda liquidar todos sus adeudos. 

La ley de Concursos mercantiles consta de dos etapas. En un primer paso, se busca la conciliación de la empresa afectada con todos sus acreedores, en donde se negocian todas las alternativas antes de llegar a la declaración de quiebra de la empresa.

De una forma sencilla, se puede entender esta ley de la siguiente forma:

  • Al momento en que una empresa detecta problemas en su situación financiera, puede solicitar el amparo Ley de Concursos Mercantiles y de forma inmediata, entra en un proceso de conciliación en el cual se compromete a liquidar sus deudas.
  • Una vez alcanzado un acuerdo, la empresa inicia un proceso de reestructura para obtener recursos e incluso, puede seguir operando como una forma de capitalizarse.
  • Se debe destacar que una vez que la empresa entra en concurso mercantil, sus deudas se congelan, con lo que tiene posibilidades de preservar recursos para enfrentar las negociaciones con sus acreedores.

¿Ley de quiebras y suspensión de pagos 2020? Esto debes saber

¿Sabías que la legislación mexicana contempla una reglamentación que busca evitar la bancarrota y dar una última oportunidad a las compañías que tienen deudas muy altas y ya no pueden hacer frente a sus compromisos financieros? 

Así es, esta legislación es conocida como la Ley de Concursos Mercantiles y es relativamente nueva, pues fue expedida en el año 2000. La legislación vino a sustituir otra con fines muy similares: la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos

Para entender el tema, retomemos un poco de historia. 

En ese sentido, es necesario explicar que la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos fue una normativa expedida en 1942. El objetivo de este marco se centraba en impulsar la rehabilitación de la empresa con problemas financieros, es decir, que ya no tenían la capacidad de hacer frente a sus deudas. Así, la ley abría una ventana para negociar el pago de los compromisos con los acreedores. Si no se lograba esta rehabilitación, la empresa se declaraba en quiebra y se procedía a la enajenación para saldar las deudas. 

Sin embargo, en el 2000, las autoridades consideraron que esta ley había quedado rebasada por el contexto. Por ello, se propuso expedir la Ley de Concurso Mercantiles, la cual sustituiría a La Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos.  

En términos generales, la Ley de Concursos Mercantiles parte del hecho de evitar que las empresas caigan en bancarrota. De acuerdo con el imco.org.mx, la premisa de la legislación dicta que una empresa “vale más viva que muerta”, puesto que una firma que ya no puede generar afecta a terceros, como trabajadores o proveedores que se quedan sin el pago correspondiente. 

Mientras la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos regulaba dos figuras, con la Ley de Concursos Mercantiles se cambió la normativa. El objetivo de este movimiento, de acuerdo con la shcp.gob.mx, fue establecer un sólo procedimiento más eficiente que se dividiera de en dos etapas: conciliación y quiebra. 

En esa lógica, en la etapa de conciliación se busca agotar todas las opciones de negociación, en aras que acreedores y deudor lleguen a un acuerdo y evitar la quiebra. En este escalón, se acuerda que la empresa siga operando, se protege su patrimonio; además de congelar las deudas con el objetivo de ayudar a que la compañía salga a flote. 

La etapa de quiebra llegará en caso que no se concrete algún acuerdo, o que los puntos pactados en la negociación se incumplan. En ese caso, será asignado un tercero para enajenar los bienes de la empresa, rematarlos y poder solventar los compromisos. 

Cabe señalar que si una empresa nota que sus pasivos crecen y no cuenta con la liquidez para cubrirlos, puede solicitar que se inicie un procedimiento de Concurso Mercantil. Esta figura permitirá abrir una etapa de negociación al amparo de la ley, y así evitar la quiebra de la empresa. 

Recomendaciones para que una empresa no se vaya a quiebra 

Si bien no existen recetas para que una empresa no se vaya a quiebra, sí existen una serie de recomendaciones a tomar en cuenta para evitar que una empresa desaparezca. 

Lo principal es tener la visión para actuar a tiempo. En el camino de la empresa es fundamental mantenerse vigilantes, y al detectar el menor indicio que pudiera derivar en problemas del orden financiero, lo mejor es tomar las medidas correspondientes y no dejar que la problemática crezca. 

Al respecto, este tipo de situaciones se da, por ejemplo, en créditos contratados para capital de trabajo o emprender un proyecto. Si se presentan situaciones que podrían complicar el pago de esa obligación, lo mejor es buscar alternativas tempranas para evitar que el impago crezca y se convierta en una bola de nieve gigante. 

En términos de la operación de las Pymes, uno de los principales problemas detectados es la liquidez. Sobre este tipo de escenarios lo recomendable es implementar estrategias importantes para eficientar el gasto. Incluso, conseguir negociaciones con los acreedores. 

¿Sirve para refinanciar mi empresa con otro crédito pyme? 

Muchos pequeños y medianos microempresarios se preguntan si es conveniente refinanciar la empresa con otro crédito Pyme. La realidad es que existe la convicción que pagar un crédito con otro crédito no ha sido la mejor opción posible. 

Si estás en un escenario en el que el análisis de la refinanciación como alternativa toma en cuenta que en muchos casos representa alargar la deuda, esto bajo condiciones en las que se puede contemplar un mayor costo del dinero. 

La empresa vale más viva que muerta

Como habrás notado, el espíritu de esta ley es encontrar un camino para que la empresa salga de un bache. No solo se trata del negocio por sí mismo, sino que se busca preservar las fuentes de empleo, la relación con proveedores, entre otros factores a partir de una buena negociación con sus acreedores. 

Así, entre los apoyos que ofrece al empresario que vive las complicaciones financieras, destaca también la protección de sus bienes. Es decir, mientras dure el proceso de concurso mercantil ningún acreedor podrá reclamar un pago que se liquide con la apropiación de alguna parte de la empresa o de su dueño.

En materia financiera, esta ley permite negociar con bancos y otras instituciones a fin de reestructurar créditos y evitar severos problemas de sobreendeudamiento.

En ese sentido, destaca también que esta legislación da oportunidad de buscar otras opciones de financiamiento incluso antes de que se caiga en el peor escenario de ya no poder pagar a los acreedores.

Empresa en la quiebra, el punto final 

Si después de un proceso de negociación, que puede llevar años, la empresa no logra un acuerdo para continuar con el pago de sus obligaciones, inevitablemente será declarada en quiebra. Al llegar a esta etapa, el negocio termina y se entra en un proceso de venta de bienes, con el objetivo de obtener recursos para pagar en su totalidad o una parte de las deudas a los acreedores. Aquí, primero se liquidan los pendientes con las autoridades, tal es el caso del fisco, y a partir de ahí se determina quiénes serán los siguientes actores a quienes se les pagará lo atrasado. Sin embargo, es muy probable que la quiebra de la empresa no alcance para abarcar todos los pendientes financieros que dejó al momento de terminar el negocio.

¿Qué hacer si debo un crédito Pyme? 

Si debes un crédito Pyme la mejor opción es llevar un buen control de las finanzas. Sobre todo, programar muy bien los pagos y contemplar la cantidad necesaria para cubrir las cuotas establecidas. 

Ahora, si tu empresa se encuentra en una situación complicada en la que se dificulta cubrir los pagos, barajea diversas opciones. Ten en cuenta que hoy en día el refinanciamiento no es el único camino. 

Al respecto, puedes optar por opciones como las reparadoras de crédito. Este tipo de empresas son especialistas en negociar los adeudos con acreedores, esto a fin de buscar nuevos términos flexibles que ayuden a enfrentar el compromiso. 

La valía de este tipo de apuestas es que no buscan cubrir un crédito con otro crédito. Por el contrario, generan un plan adecuado a la situación de cada empresa, en aras que mediante el ahorro, la compañía genere los recursos para solventar los pagos. 

Es preciso mencionar que las reparadoras de crédito no sólo establecen un nuevo plan de pagos, sino que pueden concretar descuentos sobre las deudas de hasta 50 por ciento.