¿Qué tan familiar te suena? Te voy a platicar de un fenómeno del que seguro has sido víctima, pero probablemente no lo sabes: “inflación del estilo de vida”.
La inflación del estilo de vida ocurre cuando entre más dinero ganas, más gastas. A todos nos ha pasado, yo sigo sin explicarme cómo sobreviví con el sueldo que tenía hace un año y ser feliz.
Los gastos hormiga…
Desde mi primer aumento fui víctima de este mal, y no precisamente por haberme vuelto adicta a las compras. Lo que sucedió fue que mis gastos hormiga aumentaron de una manera casi imperceptible (mejor dicho, hice como si no lo percibiera) y ahí comenzó todo.
Primero fueron las comidas: dejé atrás mis tuppers (soy bien godínez) y comencé a desayunar o comer en restaurantes, y, si acaso llegaba a hacer súper, compraba lo que menos trabajo me costara preparar. Lo más ridículo que hice fue comprar huevos cocidos. Sí, huevos cocidos. Gasté en 6 huevos cocidos lo mismo que me hubiera costado una docena de huevos que pude haber cocido por mí misma, ¿por qué? por floja.
Después seguí con Uber. Descubrí que “no pasaba nada” si algunas veces iba y volvía del trabajo en Uber en lugar de usar el transporte público. Había días en los que gastaba $270 pesos en lugar de $12 por dos trayectos que me tomaba el mismo tiempo recorrer en Metrobús o en coche. Así pasé de gastar $240 en transporte al mes a gastar hasta $4000.
En mi caso, estos gastos no me generaron un problema mayor que el quedarme con $11 al final de la quincena, pero pudo escalar a situaciones más graves. ¿Qué hubiera pasado si se me hubiera presentado una emergencia de salud y sólo contara con esos $11?
A Resuelve tu Deuda han llegado casos de personas que no supieron manejar un aumento en sus ingresos y se endeudaron más allá de su capacidad de pago, llegó un momento en el que no pudieron cubrir ni el mínimo de sus tarjetas y dejaron de pagar, la deuda fue creciendo y entonces llegaron a nosotros.
¿Qué puedes hacer?
Tienes que saber que no porque puedas gastar en algo, tienes que hacerlo. La clave de todo siempre es tener tus finanzas en orden, esto lo logras con tu presupuesto de gastos (ya sé que siempre lo menciono, pero una vez que lo hagas verás que de verdad funciona). Una distribución del ingreso que a mí me funciona es la regla 50/20/30:
- 50% para gastos fijos,
- 20% para metas financieras y
- 30% de gastos variables.
En gastos fijos considero la renta, seguros, la factura de mi celular, el gimnasio, Netflix, los servicios de mi departamento, mantenimiento, presupuesto de transporte, etc. Si quieres comenzar a ahorrar, revisa primero tus gastos fijos, seguramente encontrarás alguno por el que estés pagando sin aprovecharlo realmente (como yo con el gimnasio, pero lo conservo porque no he perdido la fe en mí).
En el rubro al que destino el 30% de mi ingreso va el entretenimiento, supermercado (lo pongo aquí porque, aunque es algo que compro mes a mes, no es una cantidad fija), idas al mall, hobbies, salidas con los amigos, y las mensualidades de mi tarjeta.
Por último, pero no menos importante, destino el 20% para mis metas financieras, es decir, ahorro a corto, mediano y largo plazo. Siempre trata de domiciliar tus ahorros para evitar gastarlos en tentaciones. Si es a largo plazo (como para tu retiro) no le tengas miedo a las inversiones, ofrece infinidad de opciones para que cualquier mortal como tú y como yo pueda ver su dinero crecer.
No debes olvidar ahorrar…
Es importante que ahorres cierta cantidad de la que puedas disponer fácilmente para cualquier emergencia, este fondo te sacará de apuros ante un accidente, problema con el coche, reparaciones en casa, etc.
Nota: una escapada de fin de semana o las rebajas de temporada no son una emergencia.
Si divides tu ingreso en porcentajes, será más difícil que tus finanzas se desordenen con un aumento de sueldo, puesto que, no importa cuánto ganes, sabrás que únicamente puedes destinar el X% a tus gastos variables. Puedes jugar con estos porcentajes según lo requieras, lo importante es que cubras todas tus necesidades, y sí, tu vida financiera es una necesidad.
La inflación del estilo de vida no es el diablo. Es algo por lo que atravesamos todos, el chiste es que esos gastos extras sean inteligentes y siempre planeados.
Por supuesto que tu estilo de vida aumentará con el tiempo. Eventualmente necesitarás un departamento más grande para tu familia (o tus perros), pagarás colegiaturas o vacaciones para 4 en vez de 2, y así vendrán gastos que por supuesto te mereces y te puedes permitir, pero, con una buena planeación, no acabarás con tus finanzas porque tendrás un estilo de vida que sí puedes pagar.