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Tarjeta de crédito para estudiantes: ¿dónde conseguirlas?

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Tener historial crediticio es importante. Así es como se construyen los antecedentes financieros que permitirán tener una buena calificación ante el Buró de Crédito. Así es. Ese registro no es solamente negativo. Manejar buenos números como deudor que cumple con los compromisos contraídos y los salda a tiempo es la mejor garantía para los fiadores. 

¿Qué es una tarjeta de crédito para universitarios?

Se trata de productos que están dirigidos a estudiantes mayores de 18 años que finalizan sus estudios y comienzan a trabajar, y que, generalmente, solicitan una identificación vigente, comprobantes de domicilio y de ingresos . 

Lejos de la connotación negativa que normalmente tiene “estar en el Buró de Crédito” es positivo, comenzar a construir tu huella financiera con un instrumento diseñado especialmente para los estudiantes es algo que podrías considerar. 

Así que si ya cumpliste la mayoría de edad y quieres comenzar a construir tu historial crediticio, aquí el ABC de las tarjetas. 

  1. Las tarjetas de crédito son herramientas financieras que ofrecen la posibilidad de tener una línea de crédito que se renueva mensualmente, eso en términos financieros significa que es un préstamo “revolvente”. 
  2. Es necesario ser mayor de 18 años para poder solicitar una. 
  3. Manejar crédito implica tener control sobre las finanzas personales, esto significa, manejar de manera adecuada los ingresos y los egresos. 

Para los estudiantes o jóvenes que recién inician su vida laboral, en el mercado se ofrecen diferentes productos que, en principio, ofrecen una línea de crédito reducida y sin muchos beneficios en el largo plazo. 

Sin embargo, si el solicitante aprende cómo financiarse para tener liquidez con crédito en el corto plazo, es disciplinado con sus pagos y además comprende que debe liquidar los intereses y abonar al monto original del dinero que recibió en préstamo, entonces tendrá mejores oportunidades de crédito. 

¿Puedo tener tarjeta de crédito si aún soy estudiante? 

Sí. Las instituciones bancarias tienen publicidad sobre sus productos para universitarios. Se trata de tarjetas que buscan que los jóvenes aprendan cuál es el funcionamiento del crédito revolvente y se familiaricen con conceptos como fechas de pago, fecha de corte e intereses y comisiones.

Al estar dirigidas a estudiantes no se espera que ellos tengan una gran capacidad de pago, por lo que las líneas de crédito no permitirán alcanzar grandes deudas en caso de no pagar el dinero financiado. Por otro lado, es posible que no puedas usar este tipo de tarjetas para situaciones en las que se incluyan meses sin intereses.

¿Cuáles son los requisitos? 

Deberá consultarse la información específica en cada institución financiera o tienda departamental. En general, los requisitos son:

  • Ser mayor de 18 años 
  • Estar finalizando los estudios y haber comenzado a trabajar. Hay instituciones que pueden solicitar una copia de tu credencial vigente de la universidad, una tira de materias u otro documento que te acredite como estudiante.
  • Identificación vigente
  • Comprobante de domicilio (recibo de luz, teléfono o agua).
  • Comprobante de ingresos. Hay instituciones que aceptan un ingreso mensual de 2,750 pesos. Otras piden que sea de mínimo 6 mil pesos mensuales.
  • Consulta al Buró de Crédito.
  • Hay instituciones que entre sus lineamientos subrayan que mantengas un saldo mínimo de 1,500 pesos, en el último mes.

¿Cuál es la diferencia entre tarjeta de débito y crédito?

Una tarjeta de crédito puede tener un uso distinto al que le damos a una tarjeta de débito. Ambas son instrumentos que nos ayudan a tener un mejor manejo de nuestras finanzas personales. El secreto está en saber manejarlas, tener un buen control de nuestros gastos e incluso incrementar nuestro patrimonio. 

Como estudiante sin empleo, la mejor manera de tener educación financiera es a través del ahorro. Así que una tarjeta de débito es una buena forma de comenzar, porque el débito es:

  1. Dinero propio. Se puede retirar dinero de un cajero o realizar algún pago. El importe de las operaciones se descuenta automáticamente y  si no existen fondos para realizar algún pago, el cargo será rechazado. 
  2. No tiene costo. Ni cobra comisiones por hacer uso del plástico o por hacer retiros en efectivo de los cajeros automáticos del banco que la emite. Aunque los retiros de cajeros de otras instituciones sí generan comisiones. 
  3. Permiten hacer transferencias interbancarias y pagar servicios

En cambio, el crédito:

  1. No es dinero propio. Eso significa que debemos pagarlo. La cantidad adeudada puede liquidarse según los diferentes esquemas de pago con y sin intereses que las instituciones ofrezcan por ese financiamiento. 
  2. Permite comprar bienes o servicios sin tener efectivo. Solo se firma un pagaré por la cantidad de la compra y la institución emisora de la tarjeta liquidará al negocio el importe de nuestra compra
  3. Sí tienen un costo. Aunque hay opciones que no cobran anualidad, por lo general las tarjetas de crédito cobran por membresía o a los 12 meses de que se aperturó la línea de crédito.

¿Debería tener una tarjeta de crédito estudiantil? 

Es positivo que desde edades tempranas aprendamos a tener finanzas sanas. Así que con un crédito limitado y el apoyo de tus padres es posible que empieces a desarrollar tus habilidades en el manejo del dinero, las cuales te serán indispensables en la vida adulta.

Usadas responsablemente, las tarjetas son instrumentos prácticos que permiten adelantar y pagar a plazos compras que difícilmente podemos hacer de un solo golpe. Además, bien manejadas, otorgan beneficios que no están disponibles al pagar en efectivo.

¿Qué pasa si no pago mi tarjeta de crédito? 

Cuando no planeamos nuestros pagos, los gastos se nos pueden salir de control. Si los intereses provocan que las deudas sean impagables, lo mejor será recurrir con los especialistas que nos asesoren sobre cómo manejar nuestras finanzas personales. 

Cuando sientes que el agua te llega al cuello, antes de que pierdas liquidez, lo mejor es acudir con la institución financiera que te dio el crédito para solicitar un nuevo acuerdo de pago. Eso se conoce como “reestructuración de deuda”. Ahora bien, si ya es muy tarde para negociar con el banco e incluso ya te mandaron a Buró de Crédito con una calificación negativa para que otros ya no te preste, entonces puedes recurrir a una reparadora de deuda.