Aprender a utilizar crédito como una herramienta de financiamiento es una estrategia que te puede funcionar para solventar gastos que podrás pagar sin perder liquidez de manera inmediata. Sin embargo, se trata de un instrumento que debe utilizarse con prudencia y responsabilidad.
Antes de contratar una tarjeta es importante decidir cuál es la más adecuada a tus necesidades. Existen más de 100 opciones en el mercado, así que es necesario informarse sobre cuál es el producto más adecuado a tu estilo de vida, necesidades y capacidades de pago.
¿Qué es la tasa de interés de una tarjeta de crédito?
Sin embargo, una tarjeta puede resultar más cara de lo que se espera cuando se desconoce cómo funcionan las tasas de interés. Estos montos se cobran cuando no se realizó el “pago total para no generar intereses”, antes de la fecha límite de pago, ya sea que se haya hecho un pago inferior, el pago mínimo o que no se haya pagado nada. Así que se calculan sobre el saldo al corte, es decir, el monto que quedó pendiente de cubrir en ese periodo.
Es por ello que los 3 básicos de las tarjetas de crédito son:
- Anotar las fechas de corte
- Pagar antes de la fecha límite de pago
- Conocer la tasa de interés
Los clientes “totaleros”, es decir, aquellos que mes con mes liquidan el adeudo de su tarjeta para no generar intereses, no son afectados por la tasa de interés, así que pueden buscar otros beneficios en el tipo de tarjeta que utilicen como adquirir la que cobre menos anualidad.
Aunque es una buena práctica liquidar cada mes, hay ocasiones en que no podrás hacerlo y el crédito te servirá para financiarte en tanto “cae” la quincena o recibes un pago que esperabas. Es precisamente por ello que es importante prever esto antes de contratar cualquier tarjeta de crédito para poder adquirir aquella que ofrezca los mejores beneficios.
Por ejemplo, tener una tarjeta de crédito con una tasa de interés baja servirá para que tu deuda no suba demasiado y puedas ponerte al corriente más fácilmente cuando no te sea posible hacer el pago total del mes.
Tipos de tasa de interés
- Tasa de interés nominal. Son las tasas que se capitalizan una vez al año o más.
- Tasa de interés efectiva. Se expresa de manera anual el interés nominal y depende de la periodicidad de pago.
- Tasa de interés real. Nos permite saber cuál es el interés real que se ganará por las inversiones.
- Tasa de interés variable. Este tipo de tasa se puede actualizar normalmente de manera mensual.
- Tasa de interés fija. Esta tasa no se cambia en ningún momento del préstamo. En estos casos la tasa acordada se aplicará mientras esté vigente el crédito o ahorro.
¿Qué es una tasa de interés variable?
El tipo de interés variable es el valor establecido proyectando las variaciones que puede tener durante el tiempo que dure la operación financiera.
En las operaciones financieras que se aplica este tipo de interés, el valor o porcentaje inicial varía dependiendo del comportamiento de determinados factores económicos prevalecientes, por lo que al calcularlo se considera como las fluctuaciones en el precio del dinero afectarán la tasa.
¿Qué es una tasa de interés fija?
El tipo de interés fijo es el que se mantiene inalterable durante el tiempo que dura la inversión o préstamo. En las operaciones que se aplican, se calcula empleando el mismo valor o porcentaje que originalmente fue acordado entre las partes.
No depende del comportamiento de variables o factores económicos, por lo que una vez pactado no presenta ningún cambio, a pesar de que haya fluctuaciones en el precio del dinero en el mercado.
¿Cómo elegir la tasa de interés más baja del mercado?
Es necesario contar con toda la información tanto de los tipos que hay, como de las formas de interés que ofrece el mercado financiero. Además de conocer detalles del comportamiento de la deuda a lo largo del plazo establecido para pagarlo.
Una combinación apropiada entre plazos y tasas puede representar mejores beneficios en el momento de recibir la aprobación del crédito. Así que si tiene clara la tasa de interés, la cuota que tiene que pagar cada mes y por cuánto tiempo, elegirá la más adecuada.
El crédito no es dinero propio
Si vas a utilizar tu tarjeta de crédito, toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Un crédito es una deuda que se debe pagar.
- El crédito no es dinero adicional. No es parte de tus ingresos. Es dinero prestado que debes contemplar como un “egreso” o salida de dinero.
- Se puede aprovechar para facilitar los pagos, cubrir urgencias o sucesos inesperados.
- Usar crédito para cubrir gastos diarios puede provocar que se acumule una deuda difícil de pagar.
- Revisa fechas de corte y fechas de pago.
- Cubre puntualmente tus pagos.
- Cada vez que se deja de pagar a tiempo o se pagan solo los mínimos, entonces aumenta la deuda.
- El mal manejo de deuda repercute en tu historial crediticio.
- Abonar más del mínimo señalado en el pago mensual, significa que estás pagando el capital originalmente prestado, por lo que así terminarás de pagar más rápido y tendrás finanzas sanas.
- Cancela la tarjeta de crédito que no utilices.
- Al pagar con tarjeta, no pierdas de vista el plástico.
- Revisar continuamente el estado de cuenta es una buena práctica financiera, especialmente para identificar que todos los cargos sean correctos.
- En caso de robo o extravío, realiza el reporte de manera inmediata.
¿Cuándo usar tarjetas de crédito?
Existen tarjetas de crédito diseñadas para las necesidades específicas de un usuario.
Ofrecen promociones que se pueden utilizar como herramientas para planear tus gastos en tu estrategia financiera personal. Por ejemplo, cuando te permiten ganar puntos para adquirir otros productos.
Los pagos diferidos a meses sin intereses pueden ser una gran herramienta de financiamiento, especialmente cuando compramos bienes. No es recomendable pagar la despensa a meses sin intereses, porque normalmente se compran productos perecederos.
Sin embargo, comprar una computadora que amortizará su costo con el tiempo y con el retorno de inversión que te dará trabajar con ella, sin duda es una buena opción para pagar con crédito diferido a meses.
Son una herramienta de financiamiento en caso de emergencias, especialmente si sabes manejar el crédito en relación con tu capacidad de pago a largo plazo.