El pasado 19 de septiembre México volvió a revivir uno de sus episodios más dolorosos de su historia reciente. Con un terremoto de 7.1 grados, recordamos que vivimos en una zona que es más vulnerable de lo que queremos admitir. Ante la expectativa de que algo suceda, contar con un respaldo que permita recuperarnos es parte importante en la protección del bienestar personal, para estos casos podríamos contar con los seguros de casa.
Padecer condiciones adversas no es algo raro en México, ya que según el Fondo de desastres naturales (FONDEN), estamos catalogados como uno de los países con mayor actividad sísmica en el mundo. Imagínate, al año tenemos más de 90 terremotos de 4 grados en la escala de Richter o de mayor magnitud como lo fue el reciente temblor o el del 85 en la Ciudad de México.
El 40% del territorio mexicano y más de la cuarta parte de su población están expuestos a fenómenos como temblores, tormentas y huracanes.
Cada vez que ocurre una contingencia, lo primero que escuchamos en las noticias es el número de afectados y el costo al que ascienden los daños. Vemos las casas destruidas y la desesperación de las personas por recuperar su seguridad física y patrimonial. Los bienes no asegurados se convierten en pérdidas que les dificultan continuar con sus vidas.
No queda duda que la integridad de la persona es prioridad, pero una vez que se calman las aguas descubrimos que hemos perdido nuestras posesiones. Éstas, aunque sean bienes materiales, fueron producto de nuestro esfuerzo y su reemplazo generará un gasto importante.
Por ello, es necesario buscar un medio que nos dé la seguridad de que ante una emergencia estaremos protegidos y que nuestra propiedad sea verdaderamente un patrimonio para el futuro.
1. ¿Qué son los seguros de casa?
Los seguros de casa son un instrumento cobertura que protege a la vivienda contra algún deterioro físico que sufra. A pesar de que este bien es muy importante para las familias, tan sólo 4.5% de los hogares en el país están asegurados, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Ya sea por falta de previsión o por desconocimiento, estos productos no se han popularizado y siguen siendo uno de los menos solicitados en las agencias. Incluso, hay quienes tienen un crédito hipotecario y no saben que su contrato lo incluye. Por lo tanto, conocer esta cobertura nos permite evaluar a las condiciones a las que está expuesto nuestro patrimonio.
2. ¿Qué tipo de riesgos te puede cubrir el seguro de vivienda?
- Daños en la construcción del inmueble y su contenido, derivados de algún desastre natural.
- Averías no intencionales provocadas por terceros, por ejemplo, una fuga de agua de tu vecino.
- Robo de objetos, también puede incluir a las joyas y bienes preciosos.
- Ruptura de cristales, tanto exteriores como interiores.
- Pérdida de equipo electrónico.
- Deterioros provocados por el propietario o su familia, el arrendatario o el personal de limpieza.
Cabe señalar que existen distintos tipos de protección que te permitirá hacerle frente a diferentes escenarios posibles. Por lo tanto, es importante encontrar el producto que mejor se adapte a las condiciones y formas de uso de tu vivienda.
3. ¿Qué riesgos no te incluye el seguro de casa?
- Hundimientos provocados por el terreno de la construcción.
- Aguas subterráneas que generen filtraciones y dañen los cimientos.
- Vibraciones del suelo que no estén relacionadas con un terremoto.
- Murales y frescos decorativos.
- Desgaste provocado por falta de manteamiento.
- Bienes que se encuentren en el patio o jardín.
4. ¿Qué debes contemplar antes de contratarlo?
Antes de firmar cualquier póliza, es importante tener muy claro el compromiso que se adquiere con las condiciones de la misma, por lo tanto, no solicites este seguro hasta que tengas claro lo siguiente:
- Valor real de la construcción. A partir de aquí se determinará la prima que tendrás que pagar, así como la indemnización que te ofrecerán, por lo tanto, te conviene ser honesto.
- Riesgos de la zona. ¿Sabes si tu colonia tiene un alto nivel delictivo o si corres riesgo de un temblor en tu ciudad? A partir de este diagnóstico podrás elegir una cobertura que esté a la medida de tus circunstancias.
- Daños a terceros. Revisa los escenarios donde puedas afectar la propiedad de tus vecinos e intégralos en tu análisis.
- Características generales del inmueble. Declara si tu vivienda es propia o rentada, el tipo de construcción, acabados, clase de vivienda, etc. Incluso si eres un inquilino, el seguro puede proteger tus pertenencias.
5. ¿Y el costo?
Según un ejercicio realizado por la Comisión Nacional Para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), un departamento en la Ciudad de México, con un valor de 1 millón de pesos y con posesiones por 500 mil pesos, fue tasado con un seguro que incluyera su estructura y contenido. El resultado fue una prima que iba desde los 2 mil pesos hasta los 6 mil 500, dependiendo de la aseguradora.
Las personas con un crédito hipotecario ya tienen integrado el seguro de casa. Sin embargo, éste presenta condiciones para su aplicación, entre las que destaca estar al corriente con el pago de las mensualidades. Una vez que se ha liquidado, los seguros dejan de tener vigencia y el dueño de la propiedad tendrá que conseguirlos por su cuenta.
Aunque en un inicio parezca un gasto innecesario, contar con un seguro de casa para atenuar los posibles riesgos que nos puedan afectar, es un soporte más sólido para planear nuestro futuro. De esta manera, el bienestar físico y patrimonial se convierte en una meta que nos impulsa a tomar mejores decisiones sobre nuestra calidad de vida.