Seguramente alguna vez has sentido placer por comprar algo que te gusta. El entrar a una tienda, descubrir un artículo que te enamore y darte el lujo de obtenerlo es una experiencia que algunos limitamos para nuestras quincenas u ocasiones especiales.
Existen personas que disfrutan de la actividad misma de consumir, independientemente del objetivo del gasto y de que cuenten o no con la capacidad financiera para hacerlo. Estos individuos presentan un comportamiento muy particular, ya que es repetitivo e impulsivo, así como repentino e irreflexivo. A esta clase de conductas se le conoce popularmente como adicción a las compras, pero cuando afecta la salud mental del sujeto se le denomina Trastorno de Compra Compulsiva (TCC) u Oniomanía.
Ven, te cuento de este tema…
Este hábito se muestra como una dependencia comercial, ya sea que la persona la use como un escape de sus problemas o por placer, el origen presenta raíces más profundas. Generalmente, los adictos a las compras están en un periodo de conflicto al que no le hallan solución. En consecuencia, buscan sentirse bien por otros medios como lo es la adquisición de productos o servicios. Lamentablemente, esta gratificación es muy breve y al agotarse el efecto, renuevan su interés por seguir comprando, lo que estimula su adicción.
Al igual que con otros comportamientos similares, la adicción a las compras tiene graves repercusiones para quien la padece. No sólo afecta su bienestar financiero, sino que sus relaciones personales se deterioran, así como su capacidad para reconocer su situación y encontrar una salida.
¿Y cómo es el problema en México?
Según el Estudio sobre el comportamiento de los Desórdenes y Adicciones (2014) de la Asociación Mexicana sobre la Adicción AC., se menciona que entre el 4% y el 12% de la población general padece esta adicción. Además, la relación según el sexo de los individuos es de ocho mujeres por cada hombre, ubicando a la población femenina como la más afectada por este fenómeno. En cuestión de edad, los jóvenes que tienen entre 15 y 25 años son los más expuestos, debido, en parte, a la presión por la aceptación social y al sentimiento de pertenencia a un grupo. Sin embargo, la adicción con diagnóstico clínico comienza a aparecer en los 30.
¿Adicción al gasto compulsivo ?
Aunque popularmente se asocia el término shopaholic (adicción a las compras) con la clientela de las tiendas departamentales, la compra compulsiva se presenta en todos los niveles socioeconómicos. Según una publicación de la PROFECO del 2014, 1 de cada 5 consumidores de tiendas de autoservicio adquiere sus productos de manera impulsiva, es decir, realizan un consumo inconsciente, motivados por las estrategias de marketing que operan en el establecimiento.
Y por si fuera poco…
Una de las tácticas más populares para incentivar nuestro gasto son las ofertas, ya que sirven como excusa para llevarnos más productos de los que habíamos contemplado. Esto funciona internamente al justificar la compra porque “era algo demasiado bueno como para dejarlo ir”. También, la escasez de los artículos motiva una rápida adquisición cuando se observa que son “los últimos en existencia”. Como ves, todos los elementos al interior de la tienda, desde los anaqueles, la iluminación, la temperatura, los aromas, entre otros, están enfocados para hacernos comprar y comprar sin meditar en sus efectos.
¿Adicción a las compras síntomas?
Según los expertos los síntomas más comunes de que tienes un vicio con las compras compulsivas son las siguientes:
- Niveles altos de ansiedad en centros comerciales.
- Pensamientos que te incitan a comprar.
- Aparición de deseos de resistirse a comprar algo.
- Si realizas la compra, liberación de tensión y estrés.
- Sentimientos de culpa luego de realizar la compra
¡Evita caer en la adicción!
Nos encontramos constantemente expuestos a diversos estímulos que modifican las necesidades, actitudes y, particularmente, aspiraciones en nuestro consumo. Miles de veces hemos visto cómo la publicidad normaliza este tipo de conductas e incluso las asocia con la obtención de felicidad. Por ello, hay que ser precavidos y aplicar las siguientes recomendaciones para retomar el control de nuestro dinero.
- Antes de comprar, cuestiona. Toma consciencia de lo que quieres y contrástalo con lo que necesitas. De esta manera podrás aterrizar tus pretensiones y enfocarte en las compras indispensables para realizas tus actividades.
- Evita cargar con mucho efectivo. En ocasiones, los billetes de mayor denominación nos dan la garantía de poder comprar más y sentimos la necesidad de gastarlos. En cambio, las tarjetas de crédito y débito provocan un “desapego” por no dimensionar un límite y las usamos sin mesura. Por lo tanto, procura cargar únicamente con el dinero que vayas a ocupar.
- Realiza un presupuesto. Mantener un control mensual de ingresos y gastos te permitirá identificar en qué estás ocupando tus recursos. Además, aquellas compras que parecían no tener grandes repercusiones podrían adquirir una nueva dimensión cuando las sumas. Si no sabes cómo elaborar un presupuesto, aquí te lo decimos.
- Evita la tentación. ¿Eres de las personas que no tienen mucha fuerza de voluntad? Quizá debas de alejarte de las tiendas por un rato. Otra estrategia es que vayas acompañado de alguien que evite que caigas en la tentación de comprar.
- Incluso encerrado en tu casa no estás a salvo. El internet es una herramienta que ha metido a los centros comerciales en nuestras casas y ha dejado al consumismo a un click de distancia. Evita engañarte al pensar que “ojos que no ven, corazón que no siente” y mantente con tus objetivos claros en todo momento.
- Busca ayuda. Si a pesar de los intentos sigues fracasando, no pierdas más tiempo y comunícate con alguien que pueda ayudarte. Caer en un endeudamiento es algo difícil, pero sin duda es peor cuando se origina por una adicción a las compras que afecta a nuestro patrimonio y a nuestros seres queridos.