Administración financiera

Inteligencia financiera

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Por Delia Angélica Ortiz

Todos podemos desarrollar inteligencia financiera. Esta habilidad puede entrenarse desde edades muy tempranas al hacernos conscientes de que podemos estudiar, analizar y comparar oportunidades de inversión que nos permitan desarrollar y optimizar nuestras fuentes de ingreso. Se podría resumir como la capacidad que tienen las personas para resolver problemas o conflictos relacionados con el dinero.

Una de las ventajas de desarrollar la inteligencia financiera es que mejoran las finanzas personales y también se gestionan o invertir mejor los ahorros para obtener mayor rentabilidad. No es necesario ser un gran inversionista para aprender algunas estrategias que faciliten el entendimiento y gestión de nuestras finanzas personales. 

Los pilares de la inteligencia financiera

  1. Control y regulación de gastos innecesarios. 
  2. Estudio y desarrollo de estrategias que permitan el ahorro y el consumo adecuado. 
  3. Identificar nuevas fuentes de ingreso económico con estrategias de ingreso o con inversiones.

Comenzar a pensar como un financiero es sencillo. Hay que empezar por lo básico:

  • Hay que perderle el miedo a los temas que implican manejo de dinero.  
  • Incrementa tu vocabulario financiero.
  • Familiarízate con los temas de finanzas, economía y cultura financiera 
  • Busca información en periódicos, libros, artículos de opinión, sitios de internet o videos. 
  • Identifica herramientas que sean de utilidad para tus condiciones económicas. 

¿Cómo es el cerebro financiero? 

Una vez que comienzas a empaparte sobre cómo funciona el sistema financiero y cómo puedes sacar provecho del mismo para poder mantener tus ahorro y beneficiarte de las herramientas de crédito, entonces comenzarás a desarrollar un pensamiento encaminado a cuidar tus finanzas personales. 

Las habilidades que desarrolla el cerebro financiero son:

  1. Conciencia monetaria. Serás más consciente de cuánto te cuesta ganar cada peso y de la importancia de no gastarlo de forma inadecuada.
  2. Evitar los créditos. Eres capaz de dirigir tu energía a consolidar el ahorro. Esta disciplina funcionará cuando se dé la oportunidad de comenzar a separar un monto que se destine a una inversión o a un emprendimiento. 
  3. Ahorro. Tendrás la buena costumbre de separar un porcentaje de tu ingreso mensual y enviar ese monto a una reserva que funcionará para necesidades futuras. 
  4. Presupuesto de gastos. Tendrás la costumbre de calcular los egresos mensuales para identificar qué cantidad de dinero se puede destinar a consumo y a ahorro. Además de que es posible identificar un eventual excedente que se destine a inversión. 
  5. Poner el dinero a trabajar.  El ahorro también corre el riesgo de la depreciación por la inflación. Es por eso que los expertos recomiendan que cuando se dispone de dinero suficiente para invertir, se busquen instrumentos financieros que permitan proteger esos recursos e incluso beneficiarse de los intereses que generen a través de planes de pensiones, bolsa de valores, mercados de divisas o fondos de inversión. También se pueden adquirir propiedades para arrendar a futuro o materia prima para iniciar un negocio.

Falta de inteligencia financiera

Cuando no logramos consolidar finanzas personales saludables es porque estamos incurriendo en algún error. Acá los más comunes:

  1. No disponer de plan financiero
  2. No dejarse asesorar
  3. No calibrar bien los riesgos

Si las cosas se salieron de las manos, tampoco es el fin del mundo. Solo hay que reorientar los esfuerzos y aprender de los errores. Actualmente, existen asesores especializados como las reparadoras de deuda que han logrado rehabilitar financieramente a quienes perdieron el control de sus finanzas. 

Las reparadoras de crédito se han convertido en instituciones que proporcionan educación financiera a sus clientes. Son empresas que ofrecen servicios de negociación de deudas que ya están reportadas en las centrales de riesgo. Diseñan planes de ahorro a la medida que permiten saldar la mora en un tiempo que sea cómodo para el pagador. 

Aprender a ahorrar y cumplir con un compromiso financiero convierte a las personas en usuarios responsables de los productos crediticios, lo que favorece a los otorgantes de crédito y también beneficia a quienes podrán volver a ser solicitantes de servicios y productos de la banca. Los deudores rehabilitados incluso serán mejores pagadores y no volverán a caer en una situación de sobreendeudamiento o de impago. 

Incluso los morosos reportados tienen la posibilidad de sanear sus finanzas personales a través de los planes de ahorro que ofrecen reparadoras como Resuelve Tu Deuda y a partir de que adquieren herramientas de inteligencia financiera logran sanear sus adeudos, aprender a administrar sus ingresos para incrementar su patrimonio.