Hay tarjetas de crédito pensadas para todas las necesidades. Si sabes utilizarlas de manera adecuada y programas mensualmente cuánto pagar a tus préstamos, entonces te conviertes en un pagador que liquida sus adeudos regularmente y habrá instituciones que te ofrezcan premiar tu pago puntual e incluso te ofrecerán ampliar tu línea crediticia.
De hecho, cuando se quiere tramitar una tarjeta de crédito, las instituciones bancarias tendrán al menos dos condiciones para poder tramitarla. La primera es garantizar la capacidad de pago del moroso y la otra, también muy importante, es que las centrales de riesgo tiene un registro positivo del tarjetahabiente.
Sin embargo, garantizar que tienes la suficiente capacidad financiera para cubrir aquello que compres a crédito puede ser problemático para quienes no tienen un comprobante quincenal de ingresos o ingresos fijos.
El verdadero problema es que las instituciones financieras pueden otorgar una tarjeta de crédito (o varias si el moroso tramita préstamos ante distintos acreedores) sin verificar que el usuario de estos plásticos tenga una buena educación financiera. Esto significa que hay gente que no sabe cómo utilizar el crédito y por consiguiente desconoce cuál es la manera correcta de pagarlo.
No saber pagar un crédito significa, en pocas palabras, que no calculamos nuestros gastos contra nuestros ingresos. No planificamos nuestras salidas de dinero frente a las entradas de capital que tenemos mensualmente. Además de que no llevamos un registro, lo cual puede provocar que se pierda el control de las finanzas personales.
Eso, aunque no lo crean, es de alto riesgo, pues también puede ocurrir que alguien con buen récord crediticio tenga una mala racha y le parezca fácil pagar otros adeudos con un nuevo crédito. Esa práctica es poco recomendada y puede llevar a una situación de impago.
Esto sucede porque cuando los gastos son mayores que los ingresos, los deudores comienzan a pagar solo los montos mínimos de sus créditos. Eso significa que no abonan al adeudo y prácticamente solo cubren los intereses. Incluso puede terminar pagando más de lo que realmente gastó.
Lamentablemente, cuando el adeudo ya los rebasó —e incluso son reportados con un señalamiento negativo— es cuando los deudores no saben cómo salir del problema.
¡Deje de pagar mis créditos!
Si ya es muy tarde para un acuerdo con la institución crediticia y ya estás reportado en centrales de riesgo, entonces debes considerar dos opciones: ¿tienes todo el dinero para pagar todo el adeudo de contado? Normalmente, la respuesta a esa alternativa es “no”.
Tranquilos. No es el fin del mundo. También puedes negociar el pago con tus acreedores.
Las reparadoras de crédito son empresas especializadas en la negociación con los acreedores. Cobran por sus servicios. Esos honorarios deben quedar especificados en el contrato que se firma con ellos y el contratante debe tener claro de que se trata de un monto o comisión que le cederá por servicios de administración, gestión, asesoría y negociación.
La mejor manera de no llegar a una situación extrema es cuidar el manejo que hacemos de nuestras finanzas personales y saber exactamente cuánto debes pagar a tu tarjeta de crédito, cada mes, para evitar sobreendeudamiento. En caso de que estemos en una situación de insolvencia e incluso estar reportado, la recomendación es recurrir a ayuda especializada para lograr una rehabilitación financiera exitosa y ser sujetos de crédito renovados.
¿Crédito para pagar otro crédito?
Contratar nueva deuda para pagar un compromiso financiero previamente adquirido y que ya no puedes liquidar no es tan buena idea. Los especialistas en finanzas personales, como ocurre con los expertos de las reparadoras de crédito, advierten que es fundamental planear los gastos en relación con la capacidad de ingreso y de ahorro para evitar una situación de sobreendeudamiento.
Las reparadoras de deuda suelen realizar un cálculo sobre cuál es el monto que el moroso debe ahorrar para pagarle a sus acreedores. La estimación se hace de acuerdo con los ingresos del deudor. Se apertura una cuenta de ahorro donde deben realizarse depósitos mensuales de manera disciplinada para que, una vez que el monto sea suficiente, se salde el compromiso y se pague la comisión de la reparadora, que suele ser un cierto porcentaje del total del adeudo antes de la negociación (es decir, previo al descuento).
Estas empresas de reparación, como la mexicana Resuelve tu Deuda, ayudan a negociar obligaciones financieras y ayudan a entender cómo se llegó a esa situación de impago. En caso de que este haya sido por una mala decisión al pagar en dólares, el usuario encontrará que tampoco es el fin del mundo y que es posible tener nuevamente finanzas sanas.
¿Cómo saber si soy candidato para una reparadora?
- Si te encuentras en una situación de sobreendeudamiento y no sabes cómo salir.
- Si dejaste de realizar el pago a tus créditos por más de 30 días.
- Si tienen un registro negativo en Datacrédito
- Si tienes la disposición de cumplir tus obligaciones financieras.
- Si conoces el modelo de las reparadoras de crédito y sabes que son una alternativa que te ayudará a salir del hoyo negro.
- Si quieres aprender a manejar tus finanzas personales para no volver a caer en una situación de mora.