Finanzas personales

Cómo leer (y entender) tu nómina

Nómina

Todos los meses, a todos los trabajadores nos llega un ingreso procedente de la empresa para la que trabajamos, con el fin de retribuir nuestros servicios y nuestro tiempo y esfuerzo dedicados a ella. Esto es la nómina y supone una razón de motivación cada vez que vemos nuestra cuenta bancaria engordada gracias a ella. 

Sin embargo, a muchas personas les ha pasado no entender por qué su nómina es cierta cantidad ni a dónde va a parar el dinero de diferencia entre su salario bruto y el neto. Hoy vamos a desglosar las partes del documento que tu empresa debería enviarte cada mes y que recoge los diferentes cálculos aplicados a tu sueldo para poder obtener el dinero que te será ingresado.

Examinando la nómina

Toda nómina estará formada por las siguientes partes: encabezado, los devengos y las deducciones para, al final, esclarecer el líquido a percibir. Todas ellas están organizadas estratégicamente de manera que el lector pueda ser consciente de qué tanto por ciento está siendo sustraído de su salario neto y con qué fin. 

Encabezado

En él se especifican tanto los datos de tu empresa (nombre legal, domicilio social, CIF y código de cotización de la Seguridad Social) como los tuyos (nombre y apellidos, DNI, código de cotización de la Seguridad Social, categoría profesional y tipo de contrato). 

Estos datos, como mínimo, siempre aparecerán puesto que, al ser la nómina una especie de factura, serán imprescindibles de cara a las formalidades que supone este documento.

Devengos

Los devengos hacen referencia a los ingresos y el apartado se debe dividir en devengos salariales y no salariales. La diferencia entre uno y otro es que el primero hace referencia al dinero que el trabajador recibirá como contribución a su trabajo realizado y los no salariales suponen otros pagos que la empresa hace a su trabajador ajenas a su labor profesional, como los ticket restaurante. Estos últimos nunca pueden superar el 30% de las percepciones salariales.

Los devengos salariales de la nómina se dividen en:

● Salario base: es el salario mínimo pautado por el convenio correspondiente.

● Complementos salariales: esta retribución es dependiente del cargo del trabajador, de sus funciones, del reconocimiento…

● Horas extraordinarias: en caso de haberse realizado, se retribuirán según convenio.

● Gratificaciones extraordinarias: se trata de las pagas extras, que se pueden pagar en Navidad y en otra ocasión según sea la empresa, o podrán ser prorrateadas durante todos los meses del año.

● Salario en especie: se trata de una parte de la nómina optativa y, aunque difícil de contabilizar, es la remuneración que el trabajador recibe en forma de bienes o servicios. 

Los devengos no salariales también se dividen en indemnizaciones o suplidos y prestaciones e indemnizaciones de la Seguridad Social.

Deducciones por IRPF y a la Seguridad Social

Si los devengos son cifras que suman a tu nómina, las deducciones restan. Es el dinero que hay que entregar a la Agencia Tributaria de cara a la posterior realización de la Declaración de la Renta y a la Seguridad Social.

Estas deducciones se calculan prorrateadas, esto es que, si tu salario bruto es de 25.000 euros anuales, para conocer la cantidad sobre las que se realizan las deducciones habrá que dividir esos 25.000 euros entre 12. En este caso, los porcentajes de las deducciones se aplicarán sobre 2.083,33 euros.

Conocer bien cuánto porcentaje se quedan las arcas públicas de tu nómina te servirá para poder prever si la Declaración de la Renta resultará a pagar o a devolver.

En el caso del dinero que se entregará a la Seguridad Social, hay que saber que las deducciones proceden de contingencias comunes, la aportación para el desempleo, la formación profesional, las horas extraordinarias por fuerza mayor y las horas extraordinarias sin fuerza mayor. 

Líquido a percibir

Esto es lo mismo que el salario neto, es decir, la cantidad que verás reflejada en tu cuenta bancaria y resulta de restar las deducciones al total devengado.